El Nuevo líder es el que comunica...
- Luisk Coronado

- 8 sept 2017
- 4 Min. de lectura

La comunicación está en todas partes, es inevitable. Es por eso que la comunicación para mi es la madre de las ciencias. Se escuchan muchas ramas que son la madre, como la matemática. Sin embargo, qué sería de la matemática sino existiese un proceso para trasladar cómo funciona la misma por medio de un mensaje y así ir multiplicando dicha ciencia. Por eso mismo es importante tomar en cuenta el saber comunicar en todas las áreas de nuestra vida. No necesariamente hablamos acerca de pararse frente a un auditorio a trasladar un teoría sino también desde sentarse a platicar con una persona mientras se toma un café. Desde saber construir un mensaje que será enviado vía internet. Hasta realizar una producción que por medio de códigos traiga información. La comunicación nos rodea.
A lo largo de la historia han existido diferentes lideres a nivel mundial. Lideres políticos, religiosos, culturales, entre otros. Todos ellos con un objetivo similar. Llevar por un camino y hacia una meta a determinado grupo de personas por medio de ideas y teorías. Todos los grandes lideres de la historia han entendido una cosa a la perfección: La Comunicación. ¿Cómo trasladar una idea? ¿Cómo hacer que todos sientan pasión por seguirla? Y ¿Cómo dirigir eficazmente?. Son preguntas que en primera instancia se debe hacer un líder. Para ello, un líder debe primeramente conocer su teoría, sus ideas y hacia dónde va. Porque son éstas las que luego utilizará para llevar al grupo que dirige en un mismo pensar.
Muchas veces cuando se escucha la palabra líder se piensa en una persona un tanto prepotente y en una posición inalcanzable y que además suele ser aquella persona que tachará los errores y criticará el trabajo, nunca estando satisfecha por lo que se realice. Y sí que los hay, existen y no son del nada no conocidos. Si cada persona que conoces te dijera los líderes con las anteriores características o similares sería una lista imposible de terminar y no faltará aquel que se sentirá aludido. Y es que por mucho tiempo erróneamente se ha creado una figura de líder es aquel que ve por encima del hombro a aquellas personas a su cargo y qué su atribución principal es de forma dominante dar únicamente ordenes. Sin embargo, es un líder verdadero suele ser todo lo contrario.
Un nuevo líder sabe que al estar en esa posición le implicará trabajar aún más. Y que sobre todo tendrá que saber trasladar las visiones a su equipo para lograr el objetivo. Ahora bien, para lograr comunicar de una manera eficaz y contagiar a un grupo de personas de pasión y ganas por buscar una misma meta. Hay que conocer a la perfección cada idea, teoría y creencia que servirán de directrices para saber hacía donde movemos al equipo. De igual forma conocer el mensaje no servirá de nada como líder, sino vives en carne propia esos preceptos. Y acá es donde la comunicación inicia a hacer de las suyas. ¡¿Cómo?! Si únicamente el líder tiene las ideas en la cabeza y está viviéndolas, mas no diciéndolas ¿Dónde está entonces la comunicación? Y es que veces se nos olvida que la comunicación va más allá de las palabras. Cuando un líder entiende que transmite más información por cómo actúa y cómo hace su trabajo que que pararse frente a todos y dar un discurso impresionante con palabras rebuscadas y lleno de motivación. Tiene ya el 50% de su mensaje trasladado. Porque simplemente un líder que vive el mensaje principal de su liderazgo se convierte en un comunicador no verbal. Esto hará que las personas que están dentro de su equipo vean un mensaje convertido en acciones que luego imitarán porque sabrán que así estarán acercándose al objetivo vital.
Claro está que esto ocurre a la inversa también. Es decir, si un “líder” hace acciones que no ayudan a cumplir la meta, estará trasladando un mensaje que dice que está bien hacer acciones que no ayuden. Por ejemplo, la típica larga e interminable historia de la puntualidad. Todos los líderes anhelan tener personas dentro de su equipo que conozcan el valor del tiempo. Pero no hay nada peor que a una cita, el último en llegar por falta de buena administración del tiempo sea el líder. No habrá motivo, ni razón para que haya la más mínima molestia si alguien del equipo luego hace lo mismo. Cuando se ejerce un liderazgo se debe entender que la comunicación está inmersa en todo aquello que hagamos. Estará en nuestros gestos, en nuestra postura y sobre todo en nuestras actitudes. La mitad del mensaje que traslademos será por esta vía y la otra mitad por las palabras.
Para cumplir con esa otra mitad de lo que un líder debe comunicar se debe buscar la forma en que las palabras sean aliadas y no enemigas. Es decir, que sepamos utilizar las palabras para comunicar exactamente aquello que buscamos. Muchas veces lo más sencillo suele ser lo que mejor nos funciona. Marcar en nuestro discurso aquellos puntos claves que queremos que sean recordados y enfatizar en ellos de una manera clara y sencilla. Así mismo, parte de la vocación de ser líder es saber que habrá veces que más que dirigir nos toque enseñar y no hay nada mejor que buscar enseñar una serie de ideas por medio de parábolas, fábulas, analogías, entre otras, que nos ayuden a hacer impactante ese momento y captar la atención del grupo a través de algo que les interese y que no necesariamente sea del área en el que se trabaja, se convive o se sirve.
Surgen espacios fuera dentro de la comunicación habitual. Hay momentos donde el líder debe acercarse a su grupo y hablar con ellos no meramente del trabajo o del objetivo que los une. Sino más bien conocer intereses, gustos, hábitos, hobbies e incluso entender el carácter de cada miembro del equipo ya que al entender la forma de ser y de actuar de cada persona logrará encontrar las virtudes de cada uno, valorándolas y haciéndolos crecer individualmente para que cada uno sea parte de la suma del éxito del grupo.
Ser un líder va más allá de sentarse en un trono imaginario y estar por encima de subyugados dando ordenes a látigo verbal y opresivo. Un nuevo líder es quién va al frente poniendo el ejemplo, trabajando duro, sabiendo escuchar, actuando positivamente y sobre todo comunicando con diferentes métodos lo que por convicción y conocimiento vive y que lleve al grupo a su objetivo y meta final.




























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