top of page

Existir



La maleta de nuevo se cerraba. Un suspiro al aire y días faltantes para poder disfrutar de Guatebuena. La visita pasó como un parpadeo y dejó a penas esa cosquilla en el corazón y las ganas de una pronta llegada. Listo todo para la partida cuando a la habitación entra el menor de tres. Sin palabras, solo observando se sienta en la cama a un lado del mayor. Los dos se ven como queriendo detener el tiempo y alargar el estar ahí. Un brazo rodea el cuello mientras el menor dice:

- Estos días que no has estado he pensado en algo. ¿En qué? - pregunta el mayor. –

- En qué pasaría sino existieras. Sería solo la nena (la mediana) y yo. No sabríamos nada de vos. Quizás no me doliera tanto este momento. Quizás no tendría que despertarme todas las mañanas y venir a tu habitación y ver si por casualidad estás aquí. No tendría que extrañarte tanto. – Sus ojos se llenaron de lágrimas y el brazo en el cuello apretó más. –

- ¿Y qué más pensaste? – Preguntó el mayor con un nudo en la garganta tratando de entender aquel pensamiento. –

- Que no me importa sentir este dolor. No me importa extrañarte tanto. No me importa a veces sentirme solo y ver tu habitación vacía.

- ¿Por qué no te importa? – Las lagrimas ya rodaban por los rostros. –

- Pues, es muy simple. Porque quiero que existas…


“Existir” significa: Ser real, ser verdadero, estar y tener vida. Jamás, me había puesto a pensar qué pasaría si esas personas que llenan mi vida de felicidad, aventuras, sentimientos nuevos, alegrías, preocupaciones, amor y más, no existieran. La vida simplemente no sería la misma. Y quizás a veces, que esas personas existan requiere de un sacrificio. Como extrañarlos, molestarse a veces con ellos, no coincidir, aguantar travesuras y cualquier cosa que ponga a prueba nuestra paciencia. Sin embargo, cuando cargamos todas esas cosas y las colocamos en una balanza contra todas aquellas buenas experiencias y sentimientos que nos hacen vivir, nada más importa. Lo bueno consume lo negativo y lo que no importa se va para darle importancia a lo que importa. En el momento que esas personas existen para ti y entiendes que llegaron con un propósito especial a tu vida, aprendes que el estar con ellos es toda una experiencia que hace que la vida misma sea verdadera y sincera contigo. Estas personas suman un momento más a tu felicidad o a tu aprendizaje. Nunca a tu dolor, a tus problemas o a tu desesperación. Porque si aprendemos a ver la existencia de cada persona en tu vida con otra perspectiva, podremos ver que están para ser parte de tu felicidad o tu aprendizaje.


No obstante, está la contraparte de la existencia. ¿Por qué y para qué existimos? Ya no me refiero a las personas que te rodean. Sino a ti. De niño me ponía a pensar ¿por qué existía? ¿por qué era yo? Y la mayoría de veces no podía responderme, me distraía con algo más y se me olvidaba. Pero cada persona que está en este mundo tiene un propósito. A veces difícil de encontrarlo y a veces no. Pero todos lo tenemos, más allá de comentarios o sentimientos que nos hagan pensar lo contrario. Todos fuimos elegidos para una misión en esta tierra. Es todo un reto el existir. Es toda una odisea, requiere el valor necesario para dar al menos una razón para vivir.


Nuestra existencia a veces se ve reprimida, castigada y encerrada por diferentes formas. Y es cuando nos convertimos en alguien, que existe, pero no cómo y para lo que fue creado. Quizás a veces deberíamos de vencer nuestros propios miedos, arriesgarnos y pensar con qué dudas vamos a vivir el resto de la vida y con cuales no. El existir también implica soñar y luchar por eso. El reto además está en amar todo lo que hacemos y hacer todo lo que amamos y en esas áreas volvernos los mejores, prepararnos y saber que en la vida jamás se deja de aprender, cada día es una lección nueva. Creer en lo que podemos llegar a ser debe de empezar por nosotros. Pero para todo esto necesitas ser sincero contigo mismo. Preguntarte cada día ¿Qué quieres? ¿Qué necesitas? Y ¿Qué cosas hacer? Para ser la mejor versión de ti mismo. Valorarse, tal y como eres. No necesitas ser como alguien más. Cada uno de nosotros ya es especial. El compararse con alguien más siempre va a robar tiempo a tu paz. Eso quiere decir también ser justos y no hacernos victimas de nosotros mismos. Vivir al máximo cada momento, expresando lo que sentimos, entendiendo que la vida tiene altos y bajos. No dejemos que los pensamientos negativos nos quiten momentos. Recordemos también que existir para los demás también nos da felicidad. Aprender a escuchar y no solo querer ser escuchados; ser amables con todos los que están a nuestro alrededor. Ayudar al prójimo sin esperar nada a cambio; y ser agradecido con todos, por cada mínimo detalle que nos otorguen. Y sobre todo lo que más nos va ayudar a existir es creer en Dios, creer que Él nos puede guiar a ese objetivo de existir.


- …El mayor levantó la vista y se secó las lágrimas y dijo: - No se que haría si no te tuviera. – Se abrazaron y ese momento sumó felicidad a su existencia.



No olvidemos cada día sumar felicidad y ser sinceros con nosotros mismos, siendo la mejor versión que podamos ser para darle razón a nuestro existir.

 
 
 

Comentarios


Entradas recientes
bottom of page