¿Guatemaña o Guatemala?
- Luisk Coronado

- 15 sept 2017
- 6 Min. de lectura

Me he abstenido de hablar sobre el tema ya que en estos tiempos de redes sociales y enemistad termina uno perjudicado al publicar su opinión, hay poca apertura a entender, escuchar y dar derecho a la opinión. Claro que sí la he manifestado con quienes han querido escuchar y sé que se puede platicar abiertamente sin prejuicios y de manera civilizada y en paz, como debería de ser.
Lo principal del tema de Guatemala es entender que necesitamos que sea prospera y bendecida. Que necesitamos un país que camine hacia el bien, que progrese y no que de un paso y retroceda dos. Ese debería ser el objetivo de cada habitante de este país, sea político o no. Todos por igual. Entonces, bajo una idea de una Guatemala mejor entran varios temas, aparentemente separados, pero que a su vez su totalidad genera desarrollo como estado. Y estos temas van desde no tirar basura en la calle, hasta cómo el congreso aprueba o no una ley; desde quién es NON GRATO, hasta qué acción tomo si en la tienda me dan vuelto de más. Acciones aisladas aparentemente pero reflejan el caminar de un país.
Para mi la clave del éxito de un país es la EDUCACIÓN tanto en casa como académica, tanto eclesiástica como cultural, tanto de valores como de civismo. ¿Se recuerdan cuándo antes en las escuelas nos enseñaban “moral y urbanidad”? Algo así pero a la potencia, en diferentes formas, temáticas y con un enfoque primordial el cual es una Guatemala prospera. Sin embargo, nuestros sistemas de educación están corruptos, nuestros hogares divididos, nuestras iglesias tergiversadas, nuestro arte contaminado y nuestro civismo confundido. El mayor problema nace ahí. Cómo pretendemos realizar una elección electoral adecuada y propositiva si no estamos educados políticamente para entender cómo funciona nuestro sistema de gobierno en sus tres poderes. Cómo pretendemos realizar actividades culturales que beneficien y hagan crecer el desarrollo intelectual y artístico de nuestras futuras generaciones si aplaudimos el chiste en doble sentido, si bailamos al ritmo de canciones que denigran a la mujer y si nuestro arte audiovisual está repellado de monopolio egoísta, por poner unos ejemplos. Cómo pretendemos generar valores si en las iglesias existe discriminación y favoritismos por personajes allegados y poco interés de mostrar lo que realmente Jesús vino a mostrar y más intereses en poseer el “templo” más llamativo y rimbombante. Cómo pretendemos que desde casa nuestros niños y niñas salgan preparados con un arsenal de valores que los hagan combatir lo nefasto de la sociedad si en sus mismos hogares no existe respeto, atención, cuidado y enseñanza. Los espacios están contaminados cada vez más de un letargo e indiferencia que no nos damos cuenta que ahí debe ser nuestra mayor lucha y manifestación. ¿Ya es tarde? Quizás… Pero la esperanza nunca muere dice la frase trillada llena de verdad. Porque aún vienen en camino varias generaciones que necesitan un cambio y debe empezar desde ya. ¿Por qué no retomar esas áreas de enseñanza que creen una generación integral en conocimiento, valores y capacidades?
Hace unos años en la velada chapina del colegio donde estudié, ya como exalumno, había un muro que cómo título tenía: ¿Qué vas a hacer por Guatemala? Y la idea era llegar y escribir en el lo que tú planeabas hacer. Yo recuerdo que no supe que poner en un principio, al final escribí “Si vos cambias, todo cambia”. Obviamente no era una acción en concreto lo que proponía pero el mensaje era que lo que yo puedo hacer por mi país es cambiar. Esto también me hace recordar la frase de una de las canciones de calle 13 “Si quieres cambio verdadero, camina distinto”. Lo que Guatemala debe entender es que el cambio somos todos. Desde lo mínimo hasta lo macro.
Con esto no estoy defendiendo a nadie. Creo que Guatemala como país no está preparado para generar una lucha contra la corrupción e impunidad por cuenta propia, por lo tanto veo por el momento necesaria a la CICIG y sueño con el día que no la necesitemos debido a que tenemos la capacidad, honestidad y transparencia de poder tomar cartas en el asunto por nosotros mismos. A su vez estoy en contra que las investigaciones sigan una misteriosa agenda y hasta cierto punto lleguen a beneficiar o afectar a determinado grupo. Sin embargo también creo que el presidente actuó de mal forma, desesperada y abrupta cuando se le salió de las manos su solicitud en contra del señor Velázquez. Alguien de “confianza” filtró la información y su alternativa fue accionada aún peor. También me hace pensar que el presidente está de rodillas, no necesariamente orando, sino de cabeza baja y presionada por grupos que son quienes realmente están “gobernando”. Si hubo en un momento buenas intenciones de su parte por ser un agente de cambio, perdió ya control de eso y se lo otorgó a alguien más que representa lo mismo de siempre. Los famosos Q50,000.00 adicionales son representación de eso. Si decidió devolver la suma total de esto, se le agradece, sin embargo me hace pensar que si dispuso hacerlo fue porque se percató que era algo que no debió haber aceptado, entonces ¿Por qué no hacerlo desde un inicio? Por qué esperar las críticas, los señalamientos y condenas.
De los diputados ni hablar. Leí un comunicado de la iglesia cristiana Dios con Nosotros que decía: “Manifestamos nuestro profundo rechazo e indignación por la modificaciones de leyes aprobadas por el congreso de la República ya que no solo son ilegitimas sino que violan la ley de Dios que dice que toda autoridad está allí para infundir temor a los que hacen mal.” Y me llamó la atención ya que este comunicado fue basado en lo que dice la Biblia en Romanos 13:1-4. Verso bíblico donde se dice que toda autoridad es puesta por Dios, sin embargo en el verso tres dice que están puestos para infundir temor al que hace lo malo. Y al ver la situación actual lastimosamente quienes nos representan en el congreso no han entendido cuál es su ocupación. En un acto egoísta permitieron estos cambios a una ley sin ponerse a pensar cuál es su función real, que es protegernos a todos los ciudadanos. Su acto de “arrepentimiento” basado en precipitación, confusión, mal información, entre otras falsas, vacías y estupidas justificaciones, es nada más muestra de la calaña en la que están basadas sus prioridades. A todo esto vuelve mi premisa primordial la cuál es EDUCACIÓN. ¿Qué porcentaje de los votantes entiende a perfección cuál es la función de un diputado y la trascendencia de sus decisiones? Porque si el 100% de electores lo sabe, al momento de hacer su sufragio no tendríamos que llegar a esto. Sumado a que urge modificaciones en la ley electoral.
Ahora bien, retomando el tema de “Si vos cambias, todo cambia”. Quienes no dejaron izar la bandera creo que no han entendido que el cambio es uno, por lo contrario hubiese sido mejor dejar subir esa bandera a lo alto y viéndola bailar con las nubes se hubiese cantado el himno. ¿Por qué venir y tirar mobiliario y presionar a servidores públicos que lo único que hacen es su trabajo y servirnos, con tal de lanzar un mensaje? Es de ver el interior de cada uno, generar un cambio y decidir cómo voy a hacer llegar mi mensaje, malestar, enojo y tristeza a quienes deben escucharlo. No obstante, no todo es malo. Sé que hay personas que han salido a manifestar de manera adecuada, que incluso con suplicas a Dios, piden y anhelan una mejor Guatemala. Esos son los mensajes que valen y cambian una nación. También he visto manifestantes cibernéticos que en sus redes hacen saber su opinión. No estoy en contra de esto, están en su plena libertad de hacerlo. Sin embargo, cuando la forma busca ofender y agredir al prójimo deja mucho que desear. El texto positivo que se busca dar se ve opacado por palabras obscenas, denigrantes y despectivas hacia otros grupos. ¿Será esta la mejor forma? ¿Acaso no hemos entendido que unidos podemos más?
¿Cuál es tu propuesta de cambio? ¿Qué vas a hacer por Guatemala? El primero confrontado con estas preguntas soy yo. Y mi respuesta es: Creo que no tiraré basura en la calle, daré vía, haré mi fila sin colarme, respetaré a los agentes de transito, si me dan vuelto de más lo devolveré, daré los buenos días y buenas tardes a todos no importando quienes sean, si veo basura en la calle la recogeré y pondré en su lugar, pagaré mis impuestos a tiempo, respetaré el paso peatonal, leeré y me informaré sobre los hechos de mi país y no presumiré indiferencia ante el contexto. Promoveré el arte y la cultura que eduque, que sume y que genere cambio, me pondré de rodillas solo delante de Dios y pediré por mi nación cuantas veces pueda. A la familia que estoy construyendo le enseñaré valores, amor al prójimo y a su bandera, pero sobre todo respeto a Dios.
Si queremos un cambio verdadero, es momento de caminar distinto. Cuando logremos que todos hagamos nuestra parte adecuadamente, todo lo que existe en nuestro alrededor se transformará en uno solo y todo será positivo.
“No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios transforme su vida con una nueva manera de pensar. Así podrán entender y aceptar lo que Dios quiere para ustedes y también lo que es bueno, perfecto y agradable a él.”
Romanos 12:2




























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